El recuerdo de Domingo Faustino Sarmiento

Nació en la pobreza y transitó una vida llena de desafíos que lo llevaron a ejercer los más altos sitiales honoríficos de su país. Su obra práctica es menos cuestionada que su pensamiento; y en ella prevalece la lucha por la educación del pueblo como el punto de partida de la civilización, la ciudadanía y el cambio. Educación que, a su entender, debía ser masiva y libre de diferencias entre ricos y pobres.

Un día como hoy, pero de 1888, Domingo Faustino Sarmiento pasó a la posteridad en Asunción, Paraguay. Por eso el 11 de septiembre, en su homenaje, se conmemora el Día del/a Maestro/a tanto en la República Argentina como en toda América, por decisión de los educadores del continente desde la Conferencia de Panamá de 1943.

Más allá de las controversias que su figura pudiera despertar, la pasión y el compromiso incuestionables que puso como maestro, periodista, escritor, militar y político, en el pensar y en el hacer –dos tareas esenciales que no debían anularse una a otra, como enseñaron Juan B. Justo y Nicolás Repetto–, son elementos imprescindibles para lograr una sociedad más justa y solidaria para todos.