¡Hasta siempre, Juan Carlos!

Por herencia familiar -su padre y su abuelo fueron personalidades del magisterio argentino- su vida estuvo marcada por su compromiso con la educación pública de raíz sarmientina.

Desde muy joven militó por las ideas de la democracia social en beneficio del pueblo y con el fin de establecer una sociedad distinta, más justa y solidaria. Participó activamente en instituciones ligadas a este pensamiento como la Biblioteca Obrera Juan B. Justo o la Sociedad Luz.

Podemos afirmar, sin equívocos, que “pensar y hacer” fue su guía. En este sentido, bregó por los valores y principios de la economía social llegando a integrar el Consejo de Administración de la Cooperativa El Hogar Obrero y, fundamentalmente, se identificó con su querida Mutual El Magisterio hasta los últimos instantes de su vida.

Nos queda una trayectoria coherente e intensa a la par que fraterna, honesta y solidaria; y su recuerdo como uno de los auténticos hombres que no pasaron por nuestra historia en vano sino que inyectaron un espíritu de entusiasmo, que mantiene su presencia como un ejemplo digno de imitar.